Argentina
Argentina: Reflexiones
Si es cierto que La altitud aporta grandes beneficios a los productores en términos de clima, estilo y calidad del vino, por lo que Argentina merece una mención especial en este sentido.. A diferencia de Chile, que exagera las diferencias de latitud, Argentina lo hace en relación con la altitud.
A pesar del éxito internacional que está experimentando, el país no ha saltado a la palestra hasta hace poco.
El mérito se debe a los numerosos Viticultores italianos y españoles que se instalaron aquí a mediados de la década de 1950.identificando un gran potencial y una notable multitud de variedades de uva autóctonas. A pesar de ello, la uva con la que todo el mundo se identifica en Argentina es la Malbecaunque, como de costumbre, apoyamos a los nativos.
Introducido en 1868 a petición del entonces Presidente, por el enólogo francés Michel Pouget, es ahora diferente de la de Cahorsen sabor y aspecto, más jugosa y con bayas de tamaño reducido.
Sustanciales fueron también los inversiones extranjerasque han permitido a antiguas e históricas bodegas renovarse y a otras nacer.
En este contexto, y de forma frenética, se plantaron nuevos viñedos a altitudes impresionantes. Esto da lugar a uvas de gran acidez y muy sabrosas gracias a la amplitud térmica. El aire es seco y el peligro de enfermedades es muy bajo. Hablamos de una tierra fértil y generosa que dan rendimientos increíbles y de hecho el desafío argentino actual es control del riego por inundación de forma que se favorezca la calidad frente a la cantidad... y se mantenga alejada a la filoxera, cuyo peligro aquí es menos aterrador que en Chile.
Sin embargo, el clima no siempre es óptimo, sobre todo en altitudes muy elevadas, con inviernos lo suficientemente fríos como para permitir que las vides entren en letargo, las heladas de primavera y otoño. En cambio, los viñedos situados mucho más abajo, como en San Juan, La Rioja y el sur de Mendoza, sufren especialmente los calurosos veranos argentinos, que a menudo impiden la producción de vino de calidad.
Echemos un vistazo más de cerca al 3 zonas principales, la parte septentrional, la parte central y la Patagonia.
Los viñedos más septentrionales de Argentina se encuentran en la frontera con Bolivia, a 2.400 metros de altitud, justo al sur, en Salta, en el Valle Calchaquíéste crece aún más. Más abajo encontramos Tucumán y la provincia de Catamarcade donde salen vinos decentes para el consumo diario, pero nada más.
Bajando en latitud uno se encuentra La Rioja y San Juan, la primera famosa por el Torrontés Riojano, la segunda por poder competir con Mendoza en cantidad de uva producida, una cuarta parte de la de todo el país. Sin embargo, incluso en San Juan aumenta la búsqueda de la calidad, como atestiguan los viñedos plantados en altitud en los valles de Ullum, Zonda, Podernal y Calingasta.
En el centro de Argentina encontramos Mendoza, de donde proceden 70% de los vinos del paísen avión está a menos de una hora de Santiago, divididas por los Andes, las dos ciudades son tan cercanas como antípodas en términos de condiciones naturales. Ambas no están situadas en latitudes demasiado favorables para la viticultura, pero si una debe su fortuna al aislamiento geográfico, encajonada entre los Andes y el Pacífico, la otra tiene que agradecérselo a sus verdes oasis que destacan sobre un terreno árido y semidesértico.
Mendoza es famosa por su excelente Malbec, pero también lo son los distritos de Vistalba, Perdriel, Agrelo y Las Compuertas.. El clima es templado con suelos que varían de gravosos a fuertemente arenosos en el espacio de unas pocas decenas de kilómetros. Más al sur, a 230 km de Mendoza, encontramos San Rafael y sus viñedos a 800 metros de altitud entre los ríos Diamante y Atuel. Es una zona más fresca pero también propensa a fuertes granizadas.
La zona más interesante del centro de Argentina es sin duda el Valle de Ucolleva el nombre de un condottiero que introdujo por primera vez el regadío en la zona. Los viñedos de esta zona, situados a altitudes de entre 900 y 1.500 metros, atraen a grandes inversores como el grupo LVMH.
Por último, muy al sur, encontramos Patagonia, donde se produce un excelente vino en las provincias de Neuquén y Río Negro. Las uvas alcanzan siempre la plena madurez, pero si se consigue controlar la concentración de azúcar, pueden nacer vinos de gran suavidad y complejidad, con un tanino noble. Además, los fríos vientos antárticos acuden en ayuda de los viticultores, manteniendo las temperaturas normales y alejando las enfermedades. Los viñedos más meridionales se encuentran en Chabutmemorable para vinos ligeros de frescura punzante.
Hectáreas argentinas de viñedo son unos 220000 con una producción de unos 14 millones de hectolitros anuales y un valor de exportación de algo más de 700 millones de euros.