Aymavilles, Aosta Enclavado en el corazón de los Alpes, a los pies del Mont Blanc, el Valle de Aosta ofrece un panorama impresionante donde la cultura, la tradición, la gastronomía y el vino se funden a la perfección para crear productos únicos y refinados. Aquí nacieron la Cave des Onze Communes, una bodega que ostenta una de las producciones de vino más elevadas de Europa, gracias a 60 hectáreas de viñedos, extremadamente parcelados, repartidos en 11 municipios: Quart, Saint- Christophe, Aosta, Sarre, Saint Pierre, Villeneuve, Introd, Aymavilles, Jovençan, Gressan y Charvensod. Situados en l'Adret y l'Envers de la Dora Baltea, los pueblos citados tocan altitudes que alcanzan entre 550 y 900 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo viñedos de una belleza extraordinaria, pero extremadamente impermeables, donde es imposible mecanizar, contando así décadas de duro trabajo y sudor y haciendo de la viticultura valdostana algo único en su género. Un trabajo incesante y delicado que parte de los viñedos de altura, rigurosamente autóctonos, y del uso correcto de las prácticas agronómicas. La zona, 70% de la cual se invierte en la producción de vinos D.o.c., garantiza no sólo vinos de excelente calidad, sino la importante reurbanización del territorio rural, de otro modo destinado al completo abandono, fomentando así la plantación de viñedos en terrazas. Un paisaje vitícola de enorme riqueza, aún más fascinante por la inclinación de las vides, la ubicación y el duro clima de los meses de invierno. Los viñedos, gestionados con métodos de agricultura ecológica, son el gran logro de viticultores y profesionales, que dedican especial atención a todas las fases de la creación: desde el ciclo vegetativo hasta el embotellado y etiquetado, dando lugar a 20 tipos de vinos