No hay cosa más difícil que llevar vino a una cena con amigos. Parece una tontería pero te aseguro que, si antes le daba poca importancia, ahora se hace realmente complicado. No sé vosotros, pero cuando me enfrento a la elección de una botella para llevar a cenar, siempre es un delirio y el delirio aumenta (extraño