Petracavallo Bianco d’Alessano 2019
19,10 €
Vendimia | 2019 |
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Tipo | Vino Blanco |
Procedencia | Italia |
Formato | 75 Cl |
Variedad de Uva | Bianco d'Alessano |
Sin existencias
Caricamento in corso…
Mottola, Apulia
Petra Cavallo es el nombre de esta legendaria finca cuya historia es increíble y abarca alrededor de 800 años de historia. En los primeros tiempos parece que uno de los primeros viajeros en encontrar aquí refrigerio fue San Francisco de Asís, en el verano de 1022, regresando de Egipto, quien dejó la huella de su rostro en la piedra donde dormía.
En 1809, coincidiendo con la supresión de las órdenes religiosas deseada por Murat, la finca pasó de manos de los Padres Conventuales a las del Barón Ferdinando Notaristefano. El barón era tan devoto que cambió el nombre de la finca por el de San Francisco.
En 1861, la finca ya estaba en posesión de un D’Onghia, concretamente Giuseppe, recaudador de impuestos municipal de Mottola, pero no muy lejos se encontraba el escondite de los bandidos liderados por Coppolone. Cuenta el mito que un día, después de haber dado refugio a un gualano de la finca que había sido humillado en público por Giuseppe, decidió irrumpir en la casa del recaudador de impuestos. El patrón José fue secuestrado y colgado de un árbol infestado de hormigas hasta que se entregó el rescate. Desde ese día el patio de la finca permanece cerrado.
En 1922 Petra Cavallo (San Francesco) fue vendida a los hermanos Leogrande, quienes dividieron la finca entre ellos. La parte norte a Gennaro, la parte sur a Giuseppe. Mientras tanto, las actividades agrícolas (y ganaderas) de la empresa adquirieron cada vez más importancia, aumentando significativamente la producción.
En este período ocurrió un nuevo hecho extraño: los pavos nacían lisiados y morían como moscas. Esto se atribuyó a que la iglesia de la finca, hoy desconsagrada y abandonada, se utilizaba para criar pavos. A partir de ese día la iglesia fue reconsagrada y el fenómeno desapareció.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la Masseria San Francesco fue renovada y ampliada; Los hermanos Leogrande, ya ancianos, concedieron en 1958 la gestión de toda la economía local a sus hijos, para no dividirla oficialmente.
Aquí viven ahora tres familias emparentadas entre sí: la de Diego Ludovico, la de Maddalena D’Onghia y la de Giuseppe D’Onghia, padre de Vito, el deus ex machina de la producción vitivinícola natural de Petracavallo.
Aquí se produce según la tradición, sin pesticidas, aditivos, levaduras seleccionadas, temperaturas controladas ni adiciones excesivas de dióxido de azufre.
Los vinos de Petracavallo son vivos, territoriales y apasionantes.