Suecia no se cuenta entre los países de la nobleza vinícola, y siempre ha sido más famosa por su producción de manzanas y sidra. Sin embargo, los suecos son un pueblo que consume vino en buenas cantidades, de hecho más del 35% de la población lo utiliza al menos dos veces por semana. El problema, si acaso, es la oferta, que actualmente es escasa y de baja calidad. Los vinos importados pasan por un sistema monopolístico llamado Systembolaget (homólogo del Vinmonopolet noruego y del Alko finlandés), para las que se elige vino filtrado procedente del extranjero mediante licitaciones que en su mayoría favorecen el bajo precio de compra frente a la calidad del producto, que de todos modos se revende a precios muy elevados. Por otra parte, las escasas empresas suecas no pueden satisfacer por sí solas las necesidades locales.
Gracias al calentamiento global Sin embargo, los supuestos de aproximación a la viticultura están cambiando, y así han surgido algunas nuevas realidades interesantes en los últimos 20 años, sobre todo en el sur del país, justo por encima de Malmo. Es el caso, por ejemplo, de Skepparps Vingardque tenemos en nuestro catálogo y que se fundó en 2011.
Las uvas más cultivadas son las piwique pueden resistir a las enfermedades sin necesidad de utilizar productos químicos en el viñedo, y garantizar así un buen rendimiento en el momento de la cosecha.
El número total de hectáreas de viñedo en Suecia es de 150, prácticamente como un pequeño DOC italianocon un valor de exportación de aproximadamente 21 millones de coronas suecas, inferior a 2 millones de euros.