Montalcino, Toscana Todo nace de la pasión de Ludmilla Temertey por Montalcino (y Brunello), aquí en una entrevista. Los Temertey son originarios de la zona del Donbass, aunque sus raíces proceden de la comunidad griega de Crimea. Más tarde se trasladaron a Canadá, del que se convirtieron en ciudadanos de pleno derecho. Como ya se ha dicho, Ludmilla es una gran amante de la Toscana, la descubrió en 1978 y se trasladó allí en 1996. En 1997 restauró Scarnacuoia, una granja abandonada del siglo XIII, rebautizada Casa Raia en honor de Raissa Temertey, la matriarca de la familia. En 2006, la hija de Ludmilla, Kalyna, y su marido, Pierre Jean Monnoyer, empezaron a cuidar los viñedos, creando poco después lo que es ahora Casa Raia, que es con diferencia una de las realidades más brillantes de todo el territorio. Pierre Jean produce un vino natural con una filosofía muy precisa que cada vez adopta más gente: el vino se hace en la viña (La Vid determina el Vino). Monnoyer es un trotamundos y en 2002 conoció a Kalyna en Dalí, en el bar-restaurante que había abierto. Poco después, ambos se casaron en Niza, la ciudad donde creció Pierre Jean, antes de trasladarse a Montalcino en 2006. Allí adquirió prestigiosas experiencias en Fonterenza y Pian dell'Orino, donde aprendió a ser un vigneron natural. Fechas importantes: en 2011 se plantaron terrazas alrededor de Casa Raia hasta llegar a las dos hectáreas, en 2015 la bodega adquirió otras dos hectáreas en Castiglion d'Orcia para producir más Bevilo, en 2019 Pierre Jean se convirtió en el único propietario de la bodega. Calidad desarmante y respeto por la naturaleza, ¡qué más!